Bela máquina, parabéns!
94 cavalos a puxar 850 kg já deve ser bem engraçado!
Peugeot 205 GTX
Fue en febrero de 1986 cuando se anunció a la prensa una
nueva versión “española” del Peugeot 205, que era como
un GTI más asequible, con su
misma estética y un motor de 94 CV que, sin ser de carácter deportivo,
daba una potencia generosa para un coche que pesaba 850 kilogramos cuyo
chasis estaba muy bien puesto a punto, tal y como suele ser habitual en los modelos de la marca francesa, que en el terreno del comportamiento suele ser una referencia desde hace décadas.
El GTX era una opción interesante en esos momentos en España la casi ausencia de rivales, y no olvidemos en ningún momento la imagen que los Peugeot de esta línea tenían en todo el mundo gracias a sus triunfos en un Grupo B que estaba entonces en su momento álgido y que los 205 T16 dominaban casi a placer
. Su precio era sólo sesenta mil pesetas superior al del Ford Fiesta XR2, esto es, menos de un 5% extra, y
con respecto al GTI costaba ¡seiscientas mil pesetas menos!
Para el GTX se buscó claramente la estética del GTI, tanto la exterior como la interior, con sus
buenos asientos delanteros, el volante y la tapicería. Exteriormente, lucía el spoiler del GTI, sus colores, la banda roja, un
pequeño alerón trasero, y los antinieblas en el parachoques delantero, montando
de serie un gran conjunto de equipamientos que en casi todos los demás modelos de esa época eran opcionales, como el lector de mapas,
elevalunas eléctricos, faros halógenos, retrovisores regulables desde dentro,
llantas de aleación, y muchos extras más.
El
motor de 1.592 cm3 del GTX había hecho su debut en España en 1978 en el Chrysler 150 SX Automático, dando entonces 88 CV, pasando posteriormente a la gama alta del Horizon.
El
cambio del Peugeot 205 GTX era el
de relación cerrada del grupo PSA, que también montaba el GTI, si bien el grupo del GTX era algo más corto, cosa lógica dada su menor potencia.
Para el GTX
se modificaron la carburación, el cruce del eje de levas, y
el escape que era el del GTI, logrando así la potencia señalada. El mayor peso del motor se contrarrestó con unos muelles delanteros más duros, disminuyéndose en un milímetro el grosor de la barra estabilizadora con respecto a la del Peugeot 205 GT a fin de disminuir el carácter subvirador. La estabilizadora trasera era la misma que la del GT.
Los frenos estaban ayudados por un servofreno específico, siendo también
exclusivas de este modelo las pinzas de los frenos delanteros.
Peugeot 205: pruebas
En todas las pruebas, sea cual sea la revista, se señala la
excelente estabilidad de los Peugeot 205, y si eso era así con las modestas berlinas de cuatro puertas, en coches como los GTX, con llantas y neumáticos anchos y suspensiones adaptadas para un uso deportivo, los 205 sobresalían en este apartado, siendo
coches muy divertidos en carreteras sinuosas en las que, además de la estabilidad, se beneficiaba de su corta batalla, señalándose también que, cuando el coche empieza a estar en el límite, avisa con tiempo, y cuando se va es fácil de corregir. El GTX es subvirador, pero su chasis estaba muy bien puesto a punto, e incluso
yendo muy rápido se comporta casi como neutro. Además es un
coche cómodo, menos duro que el GTI. Los frenos se juzgan incluso como “sobrados”.
En cuanto al
motor, se señalaba la singularidad del doble cuerpo abriendo simultáneamente, algo bastante inusual. Su comportamiento se definía como
bueno pero algo “hosco”. El
consumo era correcto sin más. Se alababan los desarrollos cortos, en unos momentos en los que los fabricantes tendían a abusar de los desarrollos largos que daban un comportamiento anodino, y ello con el fin de homologar unos consumos bajos que luego, en la realidad, no se cumplían, y menos en un país montañoso como España en donde además, en esos años, eran muy pocos los kilómetros de autopista. De hecho,
el temperamento del GTX viene en gran medida marcado por los desarrollos de su cambio y del grupo final.